martes, 19 de marzo de 2013

PLAGIARCOPIARELORIGINAL



       En la conferencia que ofrecía el mes pasado en el Círculo Literario y Artístico de Punta Alegre, me presionó un joven escritor municipal para que yo tomara partido ante los plagios,  las copias y la piratería de las ideas. Los sabios locales son líderes implacables que arriesgan el todo por el todo por tal de sobresalir a los ojos de sus seguidores siempre alertas, poco numerosos e implacables.

       Por otra parte, es bueno recordar que la ignorancia es audaz.


       Ese día yo le dije a mi querido joven escritor municipal que me parecía recordar que fue Santo Tomás el que dijo algo sobre el trabajo y el derecho a comer. O fue otro señor de la Iglesia. No tengo dudas de que se podría verificar el dato pero no creo que sea imprescindible y posiblemente no sea cierto.


       Lo que sí es una verdad rampante es que Vladimir  Ilich,  el de la Plaza Roja y las  colas interminables de turistas, el de los pasos palante y patrás no dijo ni una letra al respecto.


       Diez  mil millones de veces, cincuenta millones de funcionarios comunistas han repetido

                                                  

 

ELQUENOTRABAJANOCOME

 

 

y siempre le han atribuida a Lenin la paternidad de dicha frase. Error. Mentira. Si alguien dijo algo al respecto fue la gente de la Iglesia.


        Pablo Picaso dijo que la inspiración le llegaba por la tarde, luego de un día completo de trabajo. Ernesto, el de las campanas y el viejo que pescó un pez enorme, el gran escritor gringo que vivió en la Finca Vigía, allá por San Francisco de Paula, en La Habana, y el otro escritor que fue un genio, Moreno Fraginals, que hizo una obra monumental llamada El Ingenio, ambos dos inclusive, son recorteros de marca mayor pues le robaron al pintor de Guernica su frase sobre la inspiración y otras tonterías.


       El asunto del grano de maíz y la gloria, (si el grano es pequeño y la gloria grande o a la inversa y la gloria que cabe justa, justa en el grano de maíz) lo vi en la Biblia, no recuerdo exactamente, pero está en la Biblia.  Bueno pues se lo atribuyen a tres o cuatro grandes hombres, otros grandes hombres  muy grandes y poderosos. No puedo escribir el nombre o los nombres de los implicados en el monumental plagio pues seguro me envenenarían antes de concluir la semana.


       De Lincoln, el asesinado,  tengo un par de ideas, geniales por cierto, que adornan la gloria plagiaria de tres grandes hombres vivos y ladrones de patrimonio intelectual.


       Luis Rogelio Rodríguez Noguera, un escritor cubano muerto sin necesidad ni permiso cuando menos se lo merecía, me dijo una vez que todo estaba dicho; que todo estaba escrito; que todo estaba inventado;        que todo esta construido. Nosotros repetimos, copiamos o robamos al pasado.- me dijo el  genial plagiario mayor de mi generación.


         Estimado escritor del Círculo Literario de Punta Alegre por ahí van los tiros. Original, lo que se dice original, sólo yo conozco a La Original de Manzanillo, una orquesta inigualable, irrepetible, inmortal cuando interpreta música cubana.



moya

2013


















1 comentario:

  1. Francisco Yaniz, ahora con nombre de Papa29 de marzo de 2013, 6:42 a.m.

    Los plagios, cuando son buenos, no son plagios: son recreacion del original.Y hay plagios que son mejores que el original. Lean a Borges

    ResponderBorrar