Hasta mí ha llegado este texto. Vino sin remitente ni
destinatario. Trae orden divina para que sea leído en
este lugar. Él contiene la presentación de estos herejes.
Y dijo el profeta, en un año maldito vendrán a la tierra
Sergio, el poeta, y Raúl
el trovador, y trocarán la noche en día y la bonanza en
tempestad, y la alegría en delirio, y el orden en desorden de miel para los
ojos y los oídos de los infieles.
Y aconteció que vinieron cabalgando un rayo que atravesó los
cielos y penetró la tierra
en una cópula de síncopas y alejandrinos. Uno, señor de la
palabra, el otro, rey de la musicalidad,
Y estando el señor de los mundos en reposo, próximo la hora
sexta, luego de libaciones
abundantes y manjares divinos, escuchó voces y suspiros y
música de sìmbalos y cítaras y guitarras y más voces y bellos versos y supo y
vio el señor que eran ellos,
Sergio y Raúl, pero trocados, trocados por designio de
satàn. Sergio hacìa a la música y
Raúl hacìa a la poesía en franca violación de sus designios
divinos.
Y el señor de los mundo interrumpió, colérico, su reposo, y dominado por un impulso puramente
humano, así dijo a los siervos para que lo dijeran a las generaciones
venideras.
En verdad os digo que la palabra ha sido violada por estos
hijos de satàn. En castigo, dejaré en verdad y atemperancia lo que ellos han
violado cometiendo pecado de lesa burocracia y desde hoy, para castigo de
crédulos e incrédulos, Sergio tocará y Raúl contará sin descanso y hasta
después de la muerte. Y así ha de ser en los siglos de los siglos, amén.
Y aconteció que estos herejes, inspirados por la mano
misteriosa del maléfico y en contubernio con él, trocaron sus oficios
primigenios por castigo del señor. Sergio toca envuelto en la tristeza infinita
del poeta. Raúl escribe con la maldita inspiración de un músico inmortal.
Y levantose Eliasib, el gran sacerdote, con sus hermanos los
sacerdotes y estudiaron los textos sagrados y estudiaron Papel de Hombre y
Poesía sobre la tierra, y escucharon En
silencio ha tenido que ser y Son Sacramental y se asombraron porque era poesía
grata al culto y música grata al culto y sin embargo terrible. Y Eliasib, el
gran sacerdote, así sentenció.
Hermanos, compañeros, fieles al señor, oigamos, escuchemos a
estos herejes. No hay pecado, la palabra del señor nos protege. Y los timoratos
y los incrédulos, y los fundamentalistas y los liberales se solazaron con la
creación y vieron que la palabra y la fuerza divina no alcanzaban ni eran
suficientes para oponerse al influjo maravilloso de los versos y la música de
estos diablos sentados como dos angelitos y alguien desconocido, otra fuerza
con seguridad diabólica y rìspida los convocó a ustedes a esta peña, esta
tarde, vísperas de la hora sexta.
Y ellos dos, ambos inclusive, aquí están como único ejemplo
universal de profecía cumplida.
Y por si no fuera cierto, invèntolo. Padeced ahora,
pecadores, el influjo demoledor de esta pareja. Yo, por mi parte, y aunque
peque y me gane el infierno para toda la vida, me declaro irremediable
admirador de su arte.
Vade retro.
ROGERIO MOYA
LA HABANA
MAYO DEL AÑO 1983
DE NUESTRO SEÑOR
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