jueves, 28 de marzo de 2013

LA PIEDRA DE CRISTO

No puede con el travesaño de madera donde lo van a a crucificar. Da unos pasos y cae. El centurión

nubio le ayuda a levantarse. El calor es sofocante.

 Lanzan una piedra que le golpea en la pierna. La piedra rebota y rueda hasta detenerse junto a mi sandalia.

 Le pregunto a mi hermano si este es el loco de Nazaret. "Sí, dice que es el Rey de los Judíos."   Y si dice que él es el Rey de los  judíos debe  estar  loco. 

 Ayer, cuando cenábamos, mi padre dijo que era un loco muy peligroso, pues con sus discursos atacaba a Roma. "Y los judíos no debemos provocar la cólera de los romanos. Así como estamos, estamos bien. Hay mercado. Tenemos comida. El impuesto no nos ahoga. Se nos permite nuestro templo. Tenemos doctores de la ley. Mucho cuidado con escuchar a ese falso profeta de Nazaret."

Mi padre es un hombre sabio, conoce  las escrituras. El es uno de los cuatro vigilantes del tabernáculo.

Mi hermano, aquí a mi lado, es el mayor y comercia pieles y tejidos. El me señala la piedra que descansa junto a mi sandalia. "Lánzala"

El condenado ha llegado muy cerca de nosotros. Sangra. Suda. Tomo la piedra y la lanzo. La piedra golpea

el travesaño de madera y, desviada su trayectoria,  pega contra el escudo de un guardia romano.

Mi hermano me revuelve los crespos negros cariñosamente y luego descansa su manaza sobre mi hombro.

"Tuvo suerte el maldito. Le hubieras acertado en el cuello."

La comitiva con los condenados, los pretorianos, los doctores del templo y cientos de judíos más se aleja hacia el lugar de ejecución.

Allá en el cerro se han acumulado nubes negras. Se inician truenos y relámpagos. Amenaza una tormenta.

Hace meses que no llueve. Creo que hace más de un año. Es un milagro que llueva.

 

(Siempre me he preguntado si yo le hubiera lanzado una piedra. A lo largo de la historia humana muchos han sido apedreados como él. Dios nos perdone)

 

Semana Santa

2013

moya

1 comentario:

  1. Dificil saber que hacer con las piedras, siempre estan en el camino, y decirdirse a tomarlas a veces es valentia y otras cobardia. Creo que el asunto esta en la sapiencia de escogerlas. Ellas estan ahi mismo: al lado de la sandalia, a veces adentro, quizas un poco mas al norte. Sera que estoy definiendo el concepto de arbedrio en terminos geologicos? Me gusto leerte.

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