jueves, 25 de abril de 2013

FUI SU TÍO, Y ÉL FUE EL ASESINO DE MI HIJO.

 

 

El anciano lee un ensayo sobre LOS ALTARES DE CRUCES, fiesta tradicional de Holguín. Este viejo lleno de vitalidad es el historiador de la ciudad y tiene 83 años, es de apellido Masferrer.

Espero que termine su exposición y voy a su encuentro. Lo felicito por la investigación literaria y con muy poco tacto le pregunto: 

¿Qué parentesco le une al ex Senador de la República Rolando Masferrer?

"Fui su tío y él fue el asesino de mi hijo"

 

Holguín, en el oriente de Cuba, es una provincia agrícola, industrial y  minera. Creo no equivocarme si escribo que es el segundo o tercer territorio mas rico y desarrollado de la isla. La ciudad Capital es cosmopolita y bella. Tiene muchos parques. Celebran allí las Romerías de Mayo. Posee minas de laterita ferrosa de níquel y manganeso. Los holguineros son orgullosos y sus mujeres altivas.

Cuando la tiranía de Fulgencio Batista existió allí un paramilitar que era Senador y asesino. Este matarife batistiano se llamó Rolando Masferrer, creo que era cojo, y tengo entendido que en su juventud fue de izquierdas, luchador estudiantil y hasta compañero de aventuras de Fidel, allá por Cayo Confites.

 Pero esa es otra historia.

 

Masferrer era sobrino de este viejo historiador enamorado de Holguín, de su historia y enamorado del recuerdo de suy hijo Santiago, primo hermano de Rolando.

Santiago se vinculó a la lucha estudiantil contra Batista. Una noche fue detenido en una redada de los paramilitares que  asolaban la ciudad bajo la tutela de Rolando.

Dos días después aparecieron cinco cadáveres allá por la Loma de la Cruz. Los muertos habían sido torturados y ejecutados sumariamente con disparos en la nuca. 

Uno de los mártires era el hijo de este hombre vital, alegre, orgulloso de su tierra y del recuerdo de su muchacho eternamente joven.

Nos arropa de fondo la Sexta Sinfonía de Beethoven ejecutada por la sinfónica de Holguín, mientras el viejo Masferrer me cuenta los pormenores de Las Pascuas Sangrientas de l957, cuando el Coronel Fermín Cowley Gallego y los Tigres de Rolando Masferrer, asesinaron a 25 jóvenes revolucionarios la noche del 23 al 24 de Diciembre, como tributo macabro a un aniversario mas de la crucifixión de nuestro señor Jesucristo.

Escucho los violines, tersos, solidarios. Entra la orquesta toda. Invade la sala de música de la Biblioteca Provincial, el segundo movimiento de la Sinfonía.

 

Cruza por la calle un coche. Golpean los adoquines las herraduras en los cascos del caballo que tira del coche.

No logro apartar de mi mente la convicción tristísima de que ni uno sólo de aquellos veinticinco mártires

podrá disfrutar de esta música, del sonido del coche arrastrado por el caballo, ni de la voz varonil, emocionada,  de este anciano que me cuenta, sin descanso, historias de su pueblo, anécdotas de su pasado.


moya/l987

holguin

cuba

 

ESOS MUERTOS NO HAN ENVEJECIDO.  ESTA  HISTORIA NO HA MUERTO. ESCUCHO A BEETHOVEN MIENTRAS REESCRIBO LA CRÓNICA.  PIENSO EXACTAMENTE IGUAL QUE HACE TANTOS AÑOS. 

SOY UN PRIVILEGIADO. RECUERDO LA VOZ DEL VIEJO MASFERRER. SIENTO EL CLAP CLAP CLAP DE LOS CASCOS DEL CABALLO.  ME ARROPA LA SINFONÍA DEL GENIO ALEMÁN. 

 ELLOS, LOS MUERTOS, NO TIENEN MEMORIA, NI YO TAMPOCO LA TENDRÉ.

moya/2013 

 






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