martes, 16 de abril de 2013

COMO DECÍAMOS AYER....!

  PARECIERA QUE UNO ES ADIVINO. PARECIERA QUE UNO ES NOSTRADAMUS. NO, UNO ES VIEJO Y HA VIVIDO Y SUFRIDO. LA LETRA CON SANGRE ENTRA. POR ESO HE CREIDO OPORTUNO REPETIR EN MI BLOG ESTAS IDEAS QUE YA HABÍA PUBLICADO, PERO AHORA,  EN RAZÓN DE LOS ACONTECIMIENTOS ACTUALES EN VENEZUELA.

 

 

 

La victoria es el orgasmo de la acción. La victoria es una angustia delirante que sepulta al vencido y emborracha la mente y el corazón del vencedor.

El que vence, ¿debe perdonar? El perdón salpimenta a la victoria. El vencedor mira desde la cima. 

El vencido observa pormenorizadamente cuanto le rodea,  porque está en la base del mundo circundante.

La victoria huye del débil, se burla del perdonador, odia a muerte al amor y a los amantes.

La victoria es siempre primitiva. Conmigo o contra mi, suele decir el vencedor. Desaparecen los grises que son más numerosos y complejos que el blanco y el negro

Se multiplican los enemigos ante el horizonte del victorioso. Si la sangre tiñó la victoria, como costó más, es más valiosa y provocó infinitos dolores en el o los vencidos. Los dolores de la sangre no se olvidan nunca.

¡Cómo pesa el triunfo!

¡Cómo duele la derrota!

La falta de poder aumenta el tiempo libre del perdedor. El tiempo libre sirve para reflexionar, para estudiar.

Las pequeñas cosas se esconden detrás de la puerta, escribió el poeta en tiempos de derrota. Las pequeñas cosas son la almendra de la vida.

El que pierde, ¿gana?



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