lunes, 15 de abril de 2013

BARCO DE CONCRETO CON MOTOR DE CENTRAL A

LE DIJE A ISAAC MONTES DE OCA QUE HABÍA VIVIDO CUATRO DÍAS EN UN BARCO DE CONCRETO ARMADO DE MAS DE DOSCIENTOS METROS DE LARGO Y CON UN MOTOR A VAPOR DE UN CENTRAL AZUCARERO.

Ni él me creyó ni el resto de mis compañeros del segundo año de bachillerato en el Instituto de Morón.

Presionado por la incredulidad general cometí la indiscreción de narrarles los dos combates que habíamos tenido contra una lancha pirata y un avión Catalina que nos ametrallaba con total impunidad.

Nunca supe que me calificaron de mentiroso y alardoso. ¡Cuánto deben haberse reído de mi! ¡Cuántas novias debo haber perdido sin derecho a pataleo? 

Pasaron los años. Una tarde vi a Isaac en una estación de ómnibus. Estaba gordo, había crecido más aún, si era posible, y tenía canas. Me regaló un abrazo de oso y una sonrisa sincera. Viajaríamos en el mismo carro dentro de tres horas.

Nos sentamos en la cafetería para tomar guachipupa rosada y panques duros en espera de nuestro viaje.

"Tengo que confesarte que hasta hace un mes te tuve por un mentiroso incorregible. Tú desaparecías unos días y cuando regresabas venías con la historia de un barco de concreto que flotaba y estaba en el mar.

Si no metías el cuento de un naufragio y un incendio y que te salvaste por milagro. 

Si no,  la historia del combate y el caballo con los tiros que se clavaban en la barriga del animal y que la sangre te salpicaba.

Si no, que habías estado tres días acompañando el cadáver de un jefe de alzaos que ustedes lo iban exhibiendo por los parques de los pueblos para que la gente se convenciera de que el tipo no era cagueiro."

Isaac había estado en el Pontón San Pascual, el famoso barco de concreto y le mostraron los huecos de los disparos de la ametralladora del avión Catalina. Y Eduardo Gavilán, un amigo común, le había contado de un naufragio y de que nos habíamos salvado por milagro, y que yo estaba allí y era el jefe de la expedición.

Me volvió a abrasar y me dijo: "Si dos cuentos son verdá los otros cincuenta también lo son. Y si no lo son es como si lo fueran. Como el viaje es largo, comienza, que te pertenece, vuelve a contarme las viejas historias que no eran mentira."


CONFIESO QUE ME SENTÍ ORGULLOSO DE MI. EL GRANO DE MAÍZ Y  EL ASUNTO DE LA GLORIA. LA CARNE ES DÉBIL. POCO A POCO LES VOY A NARRAR LAS HISTORIAS DE ISAAC.

MOYA/2013

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