lunes, 17 de marzo de 2014

EL MUERTO ES INOCENTE (DIECISIETE)


EL CAMINO DEL OLVIDO

 

El oficial de la Guardia Nacional murió  como  consecuencia de las protestas en contra del gobierno de Nicolás Maduro. Mas o menos así escriben en el generador de caracteres de CNN en Español.

 

En la noche de ayer fue asesinado un oficial de la Guardia Nacional Bolivariana. Un disparo de un francotirador al servicio de las fuerzas fascistas acabó con la vida del combatiente en la ciudad de Maracay, estado Aragua, en la República Bolivariana de Venezuela.

De esta forma redacta su información el Canal Venezolana de Televisión, señal televisiva al servicio de la Revolución Bolivariana.


Quién mata y porqué, quién sale a la calle a manifestar y porqué, quién muere y porqué. Qué le han hecho a mi amigo y compañero de ideas y acciones y porqué. Los agresores de mi amigo son  mis enemigos.

Los amigos se quieren a pesar de sus defectos, no por sus virtudes  decíamos cada día en mi época universitaria.


Generalmente padecemos una predisposición a defender al más débil, al número  menor, al bando minoritario en la reyerta. Cuatro contra uno es un abuso. El tipo de seis pies de estatura y doscientas cincuenta libras es un abusador. Cincuenta perros de una manada, contra un búfalo solito, que se defiende sin la menor oportunidad de éxito.

 

La razón brilla por su ausencia. Discernir sobre la justicia y su lugar en la contienda no es obligación del espectador. El que narra lo sucedido huye de la lógica con asco y sumerge su corazón en el amor y la fidelidad debida a su compañero y amigo.

 

La razón es un arma temible contra las batallas humanas. Dos disparos de razón Calibre 45 mm son capaces de acabar con una buena guerra. 

 

Entonces, envueltos en las más diversas pasiones, defendiendo las más hermosas ideas, nos vamos llenando de heridas y de muertos.

 En honor de los muertos y para lavar su sangre gloriosa, combatimos al adversario con saña y nuevas heridas y nueva sangre lava los viejos ultrajes y fructifican y se multiplican los nuevos héroes llenos de odio al enemigo otro, ese que también sangra y combate con saña contra mi o contra el otro, así hasta el infinito.

 

De la mano de esta sin razón llegamos a el oficial muerto;  llegamos hasta el joven estudiante muerto; llegamos hasta el espectador neutral matado por error.

 

Definitivamente, en su inmovilidad, en su insensible quietud, a mi humilde entender, el muerto es inocente.

 

moya

valencia

2014

 

 

 

 








 








  


















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