sábado, 17 de agosto de 2013

QUE VERGUENZA SIENTO POR LA GLORIA



MULTICAMPEONA DEL MUNDO, BELLA, PATRIOTA Y ATERRADA.




Yelena Gadshiyevna Isinbáyeva ha tenido que retractarse ante el mundo por haber declarado que ella cree que los muchachos deben unirse a las muchachas y que las muchachas deben amar a los muchachos. Dijo que en su país, históricamente eso es lo normal.

La declaración la hizo ante la prensa minutos después de haber ganado la medalla de oro en salto con garrocha, en el Campeonato Mundial de Atletismo,  recién concluido en Moscú. Medalla de oro que la califica por tercera vez como campeona mundial. Ella también es campeona Olímpica.

Recientemente Rusia ha proclamado una ley que sanciona la propaganda homosexual. Isinbáyeva  dijo que apoyaba esa ley. Dijo que las leyes nacionales deben ser respetadas. Dijo que los invitados extranjeros a eventos deportivos deben ser respetuosos con las costumbres y las leyes de los países anfitriones.


Bueno, pues tuvo que retractarse al día siguiente, aterrorizada ante la avalancha de críticas y acusaciones que inundaron el mundo, condenándola a la pena máxima de la execración y el odio universal.

 

Que vergüenza siento al ver la gloria aterrada. La gloria de Yelena, la única, la icónica, la excepcional vapuleada por la mediocridad universal. Millones de mediocres, desconocidos, inútiles, frustrados homosexuales convertidos en jueces y verdugos de la excelencia y la luz.

 

Pero más vergüenza siento al saber que millones y millones de personas (¿y personos?) asistimos  al espectáculo con aquiescencia cómplice.

Rusia tiene todo el derecho de legislar. Concretamente la ley a que estamos haciendo referencia no es una ley homofóbica. Sanciona todo tipo de propaganda homosexual. ¿Y a santo de qué vamos a permitir la propaganda homosexual?

Dicen ellos que debemos ser tolerantes con la diversidad. Ok, de acuerdo. Los toleramos, incluso más profundamente, los respetamos y educamos a nuestros hijos  en la cultura de la igualdad humana a ultranza. Seamos totalmente martianos: DÍGASE HOMBRE Y SE HAN DICHO TODOS LOS DERECHOS.(Martí tuvo la suerte de vivir en una época en la que con una palabra resolvíamos todo tipo de calificaciones)

.

En nuestra crónica  "LO NORMAL NO ES NOTICIA", publicada en este Blog con fecha 5 de Mayo del 2013 decíamos:  La excelencia en lo normal es la cúspide de lo cotidiano.  En otro párrafo escribíamos:

La cantidad y diversidad de los cuerpos que participan en la práctica sexual de las personas es un asunto que sólo concierne a los involucrados en dicha práctica.


"Yo soy campeón (o campeona) de lucha Greco Romana. Y soy gay."  ó  "Yo soy campeona (o campeón) de lucha Greco Romana. Y soy zurda (o zurdo)  y de Matanzas."

A nadie se le ocurre decir que es Campeón y zurdo, o Campeón y estreñido.  Que razón ampara  la recurrencia calificativa que califica con una característica íntima, mi característica universal y pública pues soy Campeón. A santo de qué esa propaganda gratuita de mi preferencia sexual, ¿o es que quiero hacer proselitismo buscando mas compañeros de viaje? Rusia aprobó una ley que prohíbe la propaganda homosexual. Yelena defendió esa ley.


Pobre Rusia. Pobre Isinbáyeva.

 

Estoy esperando la celebración del Primer Festival  Mundial Heterosexual, o la proclamación mundial

del Orgullo Senil, o El Gran Carnaval  de la Impotencia, o La Copa de Naciones de la Eyaculación Precoz.

No muero de amor por la organizaciones femeninas en defensa de la igualdad de la mujer y el hombre. Con esa tontería nos han venido mareando hace decenas de años. De una vez y por todas acaben con esa mentira de que las mujeres y los hombres somos  iguales.

La Isinbáyeva, que es excepcional salta dos o tres metros menos que el campeón masculino de garrocha.

Desde pequeño observé que yo tengo una "cosa " entre las piernas y mi hermana tiene "una herida".

Y mi mamá parió y mi papá no. 

Siempre me he preguntado cómo es posible que, unas horas luego del parto, yo vaya a besar a mi marido llena de felicidad por el hijo común que yo parí entre terribles dolores y chorros de sangre, luego de nueve meses de soportar una barriga enorme que deformó mi carnes juveniles, ensanchó mi nariz a proporciones boxísticas, dilató mi vagina y mi vulva deformándola para toda la vida, me ha dejado estas tetas duras, enormes, dolorosísimas. Juro por mi madre que el hombre que me haga eso, a mi, lo odiaré hasta la muerte. Y de volver a la cama con él, de eso nada.

 

Toda excepción califica una desigualdad.

Las mujeres y los hombres tenemos iguales derechos humanos. Las leyes deben proteger esta afirmación.  Las instituciones de todas las naciones deberán vigilar y hacer cumplir esta máxima humana de la igualdad.

Repito hasta el cansancio: Lo normal no es noticia. El mundo de los heterosexuales, de los transexuales, de los homosexuales, de los ciber, de los robots, de los extraterrestres se está acabando. Estamos destruyendo la biodiversidad. Moriremos como murieron  los dinosaurios mucho mas temprano que tarde.

Propongo, otra vez, que dediquemos los titulares, la propaganda, la inteligencia,  a la lucha y divulgación de las acciones humanas urgentes e imprescindibles para que puedan sobrevivir nuestros nietos y sus hijos en un planeta habitable.  Amén.

 

moya/2013

valencia








































 













 

2 comentarios: